martes, 18 de febrero de 2014

LA FIESTA DEL ALL-STAR EN LA NBA SE DESPIDE HASTA EL AÑO QUE VIENE

Punto y final con el partido de las estrellas.


El partido de las estrellas ha puesto punto y final al la edición número 63 del All-Star de la NBA. Un fin de semana de fiesta baloncestística, que sin embargo, cada año que pasa confirma la imperante necesidad de renovarse.

Tras el partido de los jóvenes, la madrugada del sábado al domingo nos deparó los concursos que premian el talento individual de los jugadores. Sin mucho interés, se sucedieron los concursos, empezando por el tiro por equipos, donde participa una leyenda, una jugadora de la WNBA y un jugador de la NBA, para meter en el menor tiempo posible una serie de tiros, y que confirmó la buena mano de Chris Bosh desde el medio campo, pero poco más.


El concurso de habilidades posterior fue más o menos interesante por su resolución, que se dacantó por tan solo una décima, dando el título a Trey Burke y Damian Lillard. Este año el concurso cambiaba su formato a una competición por parejas, pero aún así, no tiene la fuerza de enganche que se espera.

Entre actuación y actuación, llegamos al concurso de triples, al que personalmente más ganas le tenía, y la verdad, una de cal y otra de arena. Pocos estuvieron a la altura a excepción del crack de Marco Bellinelli que sin embargo no empezó todo lo bien que se esperaba. Ni Stephen Curry, ni Joe Johnson, ni Kevin Love, aparecieron por el concurso. Tuvo que ser el jugador de los Spurs el que dictara el camino de la victoria, siendo el tercer europeo en conseguirlo tras Nowitzki y Stojakovic.



Poniendo la guinda al pastel, llegamos un poco más animados al concurso de mates, aunque poco más. El nuevo sistema de votación nos dejó una primera ronda para olvidar, llegando a la última de ellas, donde el público con los votos elegiría al ganador. Lo cierto es que a excepción del último mate de John Wall, el resto ha sido totalmente olvidable.

Mis sensaciones al final de la noche han sido realmente mejorables. Los concursos necesitan un lavado de cara mucho mayor del que la NBA se está proponiendo. Cada año que pasa estamos viendo un calco del anterior, y en ocasiones mucho peor. El interés se va perdiendo poco a poco debido sobre todo a la falta de innovación, no sólo en los concursos, sino en el repertorio de los jugadores.

Así llegamos al gran partido de las estrellas, donde Kyrie Irving se coronó como MVP en un partido que empezó con mucha fuerza, pero que se fue deshinchando poco a poco, a pesar del último cuarto.

Aún así ha sido lo mejor del fin de semana con diferencia, con una anotación muy elevada, donde el Este brilló por encima gracias al tiro exterior (impecable Carmelo), a pesar de que los porcentajes en ambos casos, no han sido demasiado buenos. Finalmente 163 a 155 para la conferencia que de inicio saltó a la pista sin juego interior.

En general, como siempre, ha sido un buen entretenimiento para ver algo diferente a lo que estamos acostumbrados. A partir de ahora nos queda la recta final de la competición, que sin duda, sí que pinta realmente interesante. 

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