Este fin de semana ha sido muy duro. De sopetón, sin previo aviso, nos hemos encontrado con la peor noticia posible.
El paddock está triste, conmocionado, paralizado. Falta alguien. Falta un tío alegre, con ganas de hacer las cosas bien. Un tío que amaba las motos y que peleaba todos los días para labrarse un futuro, un nombre. Nombre que no le regaló nadie y que a base de trabajo y dedicación se encargó, el mismo, de ponerlo muy alto. Se ha ido un currante. Se ha ido un gladiador. Hoy el mundo del motor está triste, llora por la ausencia de uno de los suyos.
Pero prefiero quedarme con lo bueno. Con ese afán de superación, con esas ganas de ganar, con todo lo que me ha hecho disfrutar encima de la moto, con sus derrapadas, sus apuradas, adelantamientos, victorias, podios, caballitos y su valentía. Son unos valientes. Disfrutemos del motociclismo. Disfrutemos de estos chavales, y hagámoslo sin banderas. Honremos a estos tíos que nos hacen disfrutar cada 15 días, cada semana, jugándose la vida en cada curva. Honremos a Luis Salom.
¡Gracias por todo, Mexicano!
D.E.P.
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