Otro giro radical en la política de Microsoft, esta vez en relación con el sensor de movimiento.
A pocos meses de la salida de la consola, Microsoft vuelve a dar marcha atrás en una de sus políticas iniciales. Según leemos en Kotaku, Kinect dejaría de ser un periférico necesario, como se dijo en un principio, para convertirse en un sensor de movimiento al estilo del Kinect original para Xbox 360.
Todo ello sale a la luz a raíz de una entrevista que ha concedido Marc Whitten al portal IGN, en el que fue preguntado por cómo trabajaría Xbox One sin Kinect 2.0, ante lo que la respuesta no pudo ser más sorpresiva: "Al igual que en el online, la consola puede seguir funcionando si Kinect no está encendido, pero esto limitará las funciones y experiencias que facilita el sensor".
El periodista incidió en la contestación preguntando hasta qué punto podríamos prescindir del encendido de Kinect, a lo que Whiten contestó que "se podrá omitir Kinect en todo momento".
Los de Redmond vuelven a dar otra vuelta de tuerca a las políticas que rodean a Xbox One, después de dar marcha atrás con la llamada "conexión permanente".
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