HASTA SIEMPRE, CAMPEÓN

Se ha ido. No ha podido luchar más; y conociendo a Nicky, lo habrá peleado hasta el último segundo, el último suspiro, mejor dicho, la última curva.

Es uno de los días más tristes de mi vida. Y lo digo con la boca grande, sin miedo a equivocarme. Nos ha dejado el que ha sido mi piloto favorito desde hace casi 15 años. El piloto que hizo que me enganchase de una manera brutal, al campeonato del mundo de MotoGP. Para mi era un piloto diferente, un soplo de aire fresco en la máxima categoría. Quizá todos lo recuerdan por haber sido campeón del mundo en 2006. Por haber vencido al grandísimo Valentino Rossi. Por sus 28 podios en la categoría reina.Yo lo recuerdo por ser cabezota. Por empeñarse en ser mejor, por no dejar que la motos lo domasen a él, por pelear cada tramo de cada pista, muchas veces batallando por posiciones que no le correspondían. No le importaba. Si iba 10º, se iba a partir el lomo por terminar 9º, Como en aquella carrera en Indianápolis 2013, donde no le importó dar el todo por el todo (subiéndose a los pianos en la última vuelta) para batir a su compañero de equipo (Dovi) en casa. Era "sólo" un 9º puesto, pero lo daba todo igualmente.

Precisamente, una de las épocas más difíciles de su carrera, fue su paso por Ducati. Ahí es cuando "The Kentucky Kid" me terminó de ganar. Otros, con la temporada que vivió Nicky en su debut, hubiesen escapado de ese proyecto, de esa moto que solo tenía un dueño: Casey Stoner, Para todos los demás, era un dolor de muelas. Él no. Se quedó. Eso sí, antes, enderezó el rumbo de esa primera campaña de rojo, que pintaba como la peor de un piloto de Ducati, para terminarla por encima de los 100 puntos. Otra vez su cabezonería. 

Los siguientes años consiguió podios, algo por lo que nadie hubiese dado un duro, nunca. Ese era Hayden. Un campeón del mundo, con alma de luchador. Rendirse no estaba en su vocabulario.

Su marcha al campeonato de Superbike suponía, para muchos, un paso atrás en su carrera. Pero él se lo tomo como un reto. Otra vez con una Honda, como antaño. Otra vez con una moto que no era ganadora. También me suena. Y otra vez Nicky, el luchador. 4 podios en su primera temporada en WSBK. Uno de ellos fue una victoria, en Malasia. 5º clasificado al final de su año de debut en la categoría. Se podía dar lo que nunca se ha dado. Un campeón del mundo de MotoGP y que también lo fuese de SBK. Pero la vida no ha querido que esto ocurriese. 

Recuerdo las últimas temporadas de Nicky en MotoGP. Desde 2013 se especuló con su salida del campeonato, pero siempre que le preguntaban, él decía esta frase: "Mi corazón está en MotoGP, y haré lo posible por continuar aquí". Yo te doy las gracias por tu profesionalidad y tu señorío. Gracias por haberlo dado todo en la pista. Gracias por ser tan cabezota. Gracias por no rendirte nunca. Gracias por haberme hecho disfrutar todos estos años. Tu corazón estaba en MotoGP, y el mío, estará siempre contigo. Hasta siempre, leyenda. Hasta siempre, campeón. Hasta siempre, luchador.