El último título de Ubisoft se postula como una apuesta segura. Candidato para pasar nuestro veredicto con buena nota.
Han sido un buen puñado de horas las
que me han llevado completar al 100% la nueva entrega de la saga Far
Cry. Con sendas decepciones marca Ubisoft como Watch Dogs y
posteriormente Assassin's Creed: Unity, muchos fuimos los que
dudamos de la puesta en escena de Far Cry 4, que prometía mejorar la
calidad que había atesorado su antecesor. ¿Lo habrá conseguido?,
¿o todo se ha quedado en agua de borrajas?.
Del calor isleño y selvático, al frío
montañés
Far Cry 4 nos propone una nueva
ubicación en la saga, después de que todas sus entregas se hayan
desarrollado en parajes donde el calor es una de las principales
premisas, en esta ocasión nos vamos ni más ni menos que a las
montañas del Himalaya, a la ficticia Kyrat, que vive una constante
pugna de poder entre un líder, Pagan Min, y una facción disidente
del pueblo kyratí que busca un cambio radical.
En plena guerra civil, que cuenta con
un buen puñado de años de constantes enfrentamientos, aparece
nuestro protagonista, Ajay Ghale, en busca de cumplir el último
deseo de su madre: que sus cenizas descansen en Kyrat.